"Concebir los guiones que hacen a nuestras identidades y a
nuestra condición de sujetos y/o producción de posiciones subjetivas, los conocimientos
que llevan asociados y las relaciones de poder que encarnan como una práctica política,
o más aun , micro política, permite ver a la psicoterapia misma como un acto
socio cultural micro político." Marcelo Pakman, 2011.
La identidad de Psicólogo como
experto de lo que debería ser en el comportamiento Humano nos pone en una posición
de Poder que seduce. Se nos pide que opinemos, estas originadas en la investigación
se adentran en terrenos de la moral y la política. Ayudamos a trazar los
limites sobre lo que es maltrato y no, solucionamos dudas sobre lo oculto
socialmente (sexo, filias, adicciones), hablamos sobre como amar, y en ocasiones
predicamos sobre cómo se debería vivir. Tales roles no encantan, y tal protagonismo
asumido nos lleva a tomar en nuestras manos el báculo de poder social de “experto”.
Aunque cuando nos enfrentamos a
casos individuales donde el protagonista no es el psicólogo, sino aquel que
sufre y paga por nuestra ayuda. Nos damos cuenta que ser experto es algo que se
debe ser pero como estrategia se debe
ocultar y permitir que el protagonista sea quien sufre.
Dejar que La observación clínica,
de paso a la escucha activa, fomentar la capacidad de relacionarnos de una forma
autentica y equilibrada con la posición de realidad “humana” de quien nos está
consultando. Da sentido a un proceso que llevara a que las cosas se imagine en consultorio; y ocurran allá en la vida cotidiana y las realidades familiares del cliente vayan a mejor, y dejen de estar igual. Y que ese peor escenario
al que tanto se teme, que genera ansiedad y dolor deje de formar parte de la realidad imaginada.
Como sociedad moderna hemos creado un nuevo rito moderno al que
hemos llamado “PSICOTERAPIA” un acto
sociocultural que al igual que los
tradicionales como el bautizo, matrimonio, un entierro,o la simple fiesta de 15 años que se celebra a toda niña que se vuelve mujer. Ritos que acompañan el ajuste a los cambios inevitables en los aspectos de la vida corriente como el nacimiento, la perdida
de las relaciones familiares, la seguridad frente a lo cotidiano. Un rito tiene el
matiz implícito de dar esperanza
de un futuro familiar mejor, y donde asistir a ella implica aceptar que las cosas van a cambiar, que lo inevitable se asume, y que ya nada va volver a ser igual.
Aunque como todo lo nuevo, los
roles o identidades asumir no están claras y las únicas aproximaciones que el
hombre del común tiene son “esas” a las que está acostumbrado, y proyecta sobre
el Psicólogo/Psiquiatra. Como profesionales
asumimos que debemos comportarnos como médico, Científico, Profesor, maestro de ceremonias, Sacerdote, o incluso
juez.
¡Pero los que somos realmente
es PSICOTERAPEUTAS¡ un rol que tenemos que definir nosotros mismos a partir de
lo fundamental, El cambio a un estado mejor del que sufre por vivir.
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