lunes, 18 de agosto de 2014

[IDENTIDAD]: ¿Y cuando tu belleza efímera sucumba al paso del tiempo?

De manera indistinta el tiempo nos impacta a una velocidad y con un ímpetu que no distinguimos, vamos de los segundos a los minutos, a las horas que hacen un día, semanas que van a meses y estos a los años… uno tras otro, trasformando nuestra existencia sin que nos percatemos, sin ser cómplices de lo que sucede, señales físicas evidentes para quienes por años dejan de vernos y que con dificultad reconocemos en nosotros mismos.

La belleza trasciende más allá de las características físicas de las cosas, y en mayor medida de las personas, el arte de la restauración se trasladó con gran asentimiento a la condición humana, y en la actualidad hace estragos en quienes la incorporan a sus herramientas para combatir la longevidad implacable que viaja de la mano con el tiempo. Se convierte en un paliativo para quienes no aceptan los cambios físicos que sufren de manera natural.


El simple hecho de existir dota al ser humano de belleza, lejos de los estándares, acumulada en la experiencia vital y en las relaciones cercanas, honestas y en las cuales aprovecha su oportunidad para brindar lo que posee, su potencial máximo e ilimitado: EL AMOR.

¿Qué sucederá cuando el tiempo inclemente sacuda tu existencia, cuál será el inventario de cosas valiosas en tu vida, cómo estará el balance?, es posible haber acumulado adeptos a tus características físicas que ya no querrán verte, que buscarán lo vigente, lo juvenil, lo novedoso. Si el andamiaje de tu presente está basado en tu aspecto, es tiempo de configurarlo con base en lo que resiste el paso del tiempo, en lo que no es susceptible de envejecer, en la belleza interior, en las relaciones cercanas, familiares.



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